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¿Te has preguntado alguna vez qué diferencia a una persona exitosa, de otra estancada y frustrada, aun cuando ambas parezcan tener más o menos las mismas oportunidades? Pues hay muchos factores en juego, pero uno de ellos, y muy importante, es la MENTALIDAD DE LOGRO.
Y con mentalidad de logro hacemos referencia a la habilidad para creer que las metas son alcanzables si se cuenta con la motivación para persistir, se aplica el esfuerzo suficiente y se adaptan las acciones ante las adversidades. Es entender que el éxito no depende de habilidades innatas o de la suerte, sino de acciones sostenidas en el tiempo.
Hace unos años, conocí a una joven llamada Aurora que había crecido en una familia humilde con varios hermanos. Desde pequeña soñó con convertirse en ingeniero, pero sus padres no podían pagarle la universidad.
A pesar de estas dificultades, Aurora no se rindió. Decidió trabajar duro y ahorrar todo el dinero que pudiera para pagar, o al menos ayudar a pagar por su educación. Desde los 12 años realizó trabajos informales como pasear perros, o lavar los autos de sus vecinos. Cuando tuvo un poco más de edad, trabajó en varios empleos a tiempo parcial, vendió artículos en línea y redujo sus gastos al mínimo para poder ahorrar lo suficiente para pagar su matrícula. Además, se esforzaba por sacar las mejores calificaciones para maximizar las posibilidades de conseguir apoyo financiero.
Finalmente, después de varios años de trabajo duro y sacrificio, Aurora logró su objetivo. Fue aceptada en la carrera de ingeniería, consiguió ayuda financiera para cubrir los gastos que le faltaban y se graduó con honores varios años después. Hoy, es una exitosa ingeniero que ha trabajado en importantes proyectos a lo largo de su carrera.
La historia de Aurora es un ejemplo perfecto de una mentalidad de logro sólida. Su objetivo le tomó tiempo, debió superar muchos tropiezos y desarrollar planes de contingencia, incluso tuvo que tomar decisiones trascendentes, pero aun así, mantuvo su mente clara y perseveró hasta que lo logró. En lugar de darse por vencida ante los obstáculos, se enfocó en su objetivo y trabajó incansablemente para alcanzarlo.
Este es un ejemplo claro de Mentalidad de Logro
¿Cómo desarrollar una mentalidad de logro sólida?
Estas son solo algunas acciones posibles:
- Haz de tu diálogo interno una conversación positiva: Háblate bonito, recuérdate lo mucho que puedes lograr, que eres capaz de aprender y crecer. . En lugar de centrarte en los obstáculos, enfócate en las soluciones. Practica la gratitud y celebra tus éxitos, incluso los pequeños.
- Establece metas claras y realistas: Es importante tener una idea clara de lo que quieres lograr y establecer metas realistas para ti mismo, es decir, que sean desafiantes, pero posibles de alcanzar. Las metas que son demasiado altas pueden ser desalentadoras, mientras que las metas que son demasiado bajas pueden ser aburridas. Oblígate a salir de tu zona de confort, a aprender cosas nuevas, a investigar y desarrollar estrategias para superar tus límites y desarrollar nuevas habilidades. Encuentra un equilibrio y haz un plan de acción para alcanzar tus objetivos.
- Aprende de tus errores: Los errores son una parte inevitable del proceso de aprendizaje. En lugar de evitarlos, o de tenerles miedo, aprende de ellos. Analiza lo que salió mal y encuentra maneras de mejorar en el futuro. Recuerda que incluso los errores pueden ser una oportunidad para crecer y mejorar.
- Busca apoyo: Construir una mentalidad de logro puede ser difícil de hacer solo. Busca apoyo de amigos, familiares o un profesional de la salud mental. Pueden ayudarte a mantener el rumbo y proporcionarte el apoyo que necesitas para seguir adelante.
Ahora bien…
La mentalidad de logro no es un tema de “solo creértelo”. Si bien es cierto el ser capaz de creer que la meta es posible, y de que cuentas con las habilidades para alcanzarla es gran parte del camino, requiere un trabajo duro y constante de tu parte.
Kenji Yokoi, afamado conferencista Colombo japonés, en una de sus conferencias plantea este escenario:
Imagina el plato más sabroso que te preparaba tu mamá cuando eras niño, ese manjar que te hace agua la boca y que nadie en el mundo, por muy buen trabajo que haga, logra que le quede como le quedaba a tu mamá. Delicioso ¿verdad?, hasta hambre te da.
Ahora bien, saboréalo en tu mente, imagina su olor, visualiza a tu mamá en la cocina preparándolo con todo su amor… Maravilloso. Pero… no es suficiente, ¿verdad? El solo imaginarlo no te quita ni el hambre, ni el apetito por comerlo.
Si realmente quieres saborearlo, tienes que prepararlo, o si puedes, pedirle a mamá que lo prepare para ti, pero de otra manera, es solo un sueño. Y aun cuando puedas solo pedirlo, requiere acciones de tu parte: hablar con mamá, hacerle la petición, comprar los ingredientes, coordinar algunas acciones… Implica TRABAJAR en ello.
“Echarle ganas”, sin trabajar duro, no sirve de nada. Puede ayudarte a mantenerte motivado o enfocado, pero son las acciones conscientes las que marcan la diferencia
Y hay un paso importante: Desarrollar tolerancia al fracaso. No todo se logra a la primera, y por muy frustrante que parezca, tal vez tampoco a la segunda o a la tercera. Y no debes traumarte por eso.
Hay que aprender a ser capaces de aceptar las derrotas sin sentirse abrumado o desanimado. Los errores no definen quienes somos. El fracaso es una parte natural del proceso de aprendizaje, y hasta los mejores y más exitosos individuos experimentan fracasos en su camino hacia el éxito.
Adoptar una mentalidad de crecimiento parte de utilizar esos fracasos como una oportunidad para aprender y mejorar en el futuro. Analizar qué fue lo que no funcionó, qué cambios o ajustes podrían llevarse a cabo, qué necesitas aprender, o qué habilidad puedes desarrollar, nos permite sacar lo mejor de nosotros en cada experiencia y resultar fortalecidos aun en los caminos más empedrados.
A pesar de que el título del video pareciera no relacionarse con el concepto en cuestión, a partir del minuto 2 se hace referencia al tema de la necesidad de trabajar duro como parte importante de la mentalidad de logro.