Ikigai o Propósito de vida. El secreto japonés para alcanzar la felicidad plena.

¿Te has preguntado alguna vez ¿Cuál es mi verdadero propósito en la vida? ¿qué es lo que realmente vine a hacer a este mundo?  ¿Lo que hago, realmente me hace feliz? ¿Es posible lograr la felicidad plena?

Muchas personas llegan a un punto en el que empiezan a cuestionarse si lo que vienen haciendo, a lo que le dedican gran parte de su tiempo y energía, es realmente ese propósito, eso que nacieron para hacer, o lo que los hace plenamente felices.

En Japón, existe un antiguo concepto llamado “Ikigai”, que aunque no tiene traducción literal al español, ha sido elogiado como el secreto para una vida plena y satisfactoria.

¿Qué es Ikigai?

Ikigai (生き甲斐) es una palabra japonesa que combina “iki” (vivir) y “gai” (valor o beneficio). Como ya mencionamos, no tiene traducción literal, pero entre sus aproximaciones están “la razón de ser” o “aquello que te hace levantarte por la mañana”.

En otras palabras, resume todo aquello que hace que la vida valga la pena, y aunque descubrirlo es un proceso complejo y de profunda reflexión interior, tenerlo claro no solo da una sensación de sentido a la vida, sino que también te permite lograr la satisfacción o plenitud.

Todos los seres humanos tenemos Ikigai, lo tengamos claro o no.

La palabra ikigai se utiliza generalmente para indicar la fuente del valor de la vida propia, o las cosas que hacen que la vida valga la pena. Pero también involucra las circunstancias mentales y espirituales en las que las personas sienten que sus vidas son valiosas.

Así, por ejemplo, alguien puede descubrir “su verdadera vocación”, al convertirse en madre, o dedicándose a una ocupación específica, mientras que otros, aun teniendo años ejerciendo una profesión u oficio, sienten que eso no es realmente lo que más los apasiona, y en determinado momento, lo dejan y comienzan de ceros en algo distinto.

Hay también quienes sienten que “realmente” empezaron a vivir, cuando se jubilaron y se dedicaron a hacer labores de voluntariado por el mundo. O a quienes le brillan los ojos cuando se sientan a escribir, o pintar, o cantar, aun cuando nunca se han dedicado a eso, por la razón que fuera.

Como puedes ver, el Ikigai no está necesariamente ligado a la situación personal o al estado actual de la sociedad. Viene siendo como el equivalente de “la Estrella del Norte” en la brújula de nuestras vidas, que, aunque las condiciones en el presente sean un tanto sombrías o poco claras, nos indica hacia dónde seguir andando, independientemente de los obstáculos que puedan aparecer.

Dándole entonces un poco de forma al concepto en términos didácticos, el Ikigai representa la convergencia perfecta de cuatro elementos fundamentales: lo que amas, lo que eres bueno haciendo, lo que el mundo necesita y aquello por lo que puedes recibir una recompensa (por lo que te podrían pagar).

Los 4 pilares del Propósito Ikigai

Pasión (Lo que amas): aquello que te llena de energía, entusiasmo y alegría. Lo que te motiva y te hace sentir vivo, ya que moviliza tus emociones, te reconecta con lo que soñabas de niño e incluso, cuando te sumerges en ello, te hace perder la noción del tiempo.

Vocación (Lo que eres bueno haciendo): Se refiere a descubrir tus talentos y habilidades naturales. Es aquello en lo que eres bueno (aun sin esfuerzo y sin haberte preparado para ello), lo que te distingue y te hace destacar en ciertas áreas. Encontrar tu vocación es esencial para vivir tu Ikigai, ya que reconoce las cosas en las que eres naturalmente bueno y disfrutas haciendo, lo que te permitirá utilizar tus habilidades para contribuir al mundo y sentirte realizado.

Misión (Lo que el mundo necesita): En este caso hablamos de cómo ponemos nuestra pasión y talento al servicio del mundo y de los demás. Pregúntate cómo puedes contribuir y marcar un impacto positivo en la vida de los demás. Es el componente que conecta nuestro propósito personal con el bienestar de la comunidad y la sociedad en general, y lo que nos permite “dejar una huella” o marcar un impacto positivo.

Profesión (Aquello por lo que puedes ser recompensado económicamente): En este pilar del Ikigai, buscamos  comprender cómo podemos convertir la pasión y vocación en una fuente de sostenimiento económico.

El punto en que se interceptan esos 4 pilares, será entonces tu IKIGAI. 

El Propósito de Vida como Método

Encontrar tu Ikigai requiere, como ya dijimos, de un proceso extenso y profundo de reflexión. Y al ser un eje central de guía en tu vida y todo lo que haces, requiere su observación sostenida y sistemática, evaluación de resultados y aplicación de reajustes a lo largo del camino.

El punto de partida siempre será el autodescubrimiento y el autoconocimiento. Comienza por preguntarte cuáles son tus pasiones, con qué talentos cuentas, qué aspiras lograr, cuáles son tus valores y creencias. Realiza listas o recuentos de las cosas en las que destacas, los sueños que tenías cuando niño y que cumplirías al crecer, los momentos más felices o satisfactorios de tu vida, aquello que disfrutas tanto que el tiempo nunca es suficiente. Con ello en mente será más sencillo dar respuesta a cada uno de esos cuatro pilares.

El proceso para descubrir tu Ikigai puede ser transformador y gratificante en la medida en que te permite comprender tus deseos más profundos, tus habilidades innatas y cómo puedes utilizarlas para impactar positivamente en tu vida y en la de los demás. El Ikigai te guía a encontrar un propósito auténtico y alineado contigo mismo, lo que a su vez puede mejorar tu bienestar emocional, mental y físico.

Al utilizar el Ikigai como método, es importante ser paciente y flexible. Descubrir tu propósito puede llevar tiempo y requerir ajustes a medida que evolucionas y te conoces mejor. Además, no es necesario que encuentres tu Ikigai de manera inmediata o que se convierta en tu fuente principal de ingresos. Puedes integrar tu propósito en diferentes áreas de tu vida, como tu trabajo, tus relaciones y tus actividades personales, encontrando algo que te haga sentir pleno en eso que haces hoy, y ya con eso tendrás parte del camino recorrido.

Aplicando Ikigai en la Vida Diaria:

Si te surge la duda de Por dónde empiezo, aquí te sugerimos algunas estrategias para ayudarte a aplicarlo en tu vida diaria:

  1. Autoexploración Profunda: Dedica tiempo a mirar dentro de ti con ojos de reflexión. Realiza ejercicios de autoconocimiento como escribir un diario, hacer listas de tus pasiones y talentos, o meditar sobre tus valores fundamentales. Cuanto más te conozcas a ti misma, más cerca estarás de descubrir tu Ikigai.
  2. Identifica tus Fortalezas y Habilidades: Pregúntate en qué actividades sobresales y qué tareas disfrutas hacer. A veces, nuestras habilidades más destacadas están relacionadas con aquello que nos apasiona.
  3. Encuentra Significado en lo Cotidiano: No necesitas realizar cambios drásticos en tu vida para vivir tu Ikigai. Encuentra significado y propósito en las pequeñas cosas del día a día. Aprecia las relaciones cercanas, la naturaleza, los hobbies y actividades que te hacen feliz.
  4. Experimenta y Aprende Constantemente: Mantén una mentalidad de continuo crecimiento y experimentación. No tengas miedo de probar cosas nuevas y descubrir nuevos intereses. El aprendizaje constante te permitirá expandir tus horizontes y encontrar nuevas pasiones.
  5. Busca la Conexión con los Demás: Las relaciones significativas son fundamentales para vivir el Ikigai. Busca conectar con personas que comparten tus intereses y valores. Participa en actividades sociales y grupos que te permitan colaborar con otros, y que dejen un impacto positivo en el mundo.
  6. Encuentra Propósito en tu Trabajo: Si bien es posible que no puedas cambiar de trabajo de inmediato, busca formas de encontrar propósito en tu labor actual. Identifica cómo tu trabajo puede contribuir al bienestar de los demás y busca maneras de hacer una diferencia positiva en tu entorno laboral.
  7. Crea Tiempo para lo que Amas: Prioriza las actividades que te llenan de alegría y te hacen sentir viva. Ya sea un pasatiempo, una afición o una actividad creativa, asegúrate de reservar tiempo regularmente para dedicarte a lo que amas.
  8. Visualiza tu Ikigai Ideal: Imagina tu vida ideal viviendo tu Ikigai plenamente. Visualiza cómo te sentirías, qué actividades realizarías y cómo afectaría positivamente a tu entorno. Esta visualización te ayudará a definir tus metas y te inspirará a dar pasos hacia tu propósito.
  9. Adopta una Actitud de Gratitud: Aprecia lo que tienes en tu vida actual y exprésalo con gratitud. La gratitud te ayudará a enfocarte en las cosas positivas y a valorar cada día como una oportunidad para vivir tu Ikigai.
  10. Acepta los Desafíos y los Fracasos: En el camino hacia vivir tu Ikigai, es probable que enfrentes desafíos y experimentes fracasos. Acepta que forman parte del proceso de crecimiento y aprendizaje. Utiliza estas experiencias para ajustar tu camino y seguir adelante con determinación.

Recuerda que vivir el Ikigai no es un objetivo final, sino un viaje continuo de autodescubrimiento y crecimiento personal. Lo ideal es mantener una actitud abierta y receptiva hacia nuevas experiencias y oportunidades, y preguntarte continuamente si eso que estás haciendo te conecta o no con tu verdadero propósito.

En la medida que apliques estas y otras estrategias en tu vida diaria, estarás más cerca de encontrar tu propósito y vivir una vida más plena y significativa. ¡Buena suerte en tu búsqueda del Ikigai!